martes, 3 de abril de 2012

fotografia detenidos revolución octubre 1934






1. Nos encontramos ante una fuente primaria iconográfica, de temática político-social, de autor desconocido, y realizada con una finalidad de difusión entre la opinión pública española. Quizás fuese publicada en algún periódico de tirada regional o nacional.

2. Se trata de una fotografía en blanco y negro, de buena calidad fotográfica, por lo que seguramente la realizó un profesional, y en la que se representa a un grupo de personas, varones todos salvo una mujer que marcha al frente del grupo. A ambos lados de este grupo vemos dos filas de individuos armados que vigilan a los anteriores y que van uniformados. El paisaje por el que discurre el grupo es montañoso y rural, desplazándose por una vereda pedregosa, y aparecen restos de vegetación y un  muro hecho con piedras, relacionado con una posible parata.

Sin duda alguna nos encontramos con una cuerda de presos relacionada con los sucesos que tuvieron lugar en octubre de 1934 en Asturias. El grupo principal son mineros detenidos en una cuenca hullera por guardias civiles que los escoltan presumiblemente hasta la cárcel. Sus ropas modestas, la presencia de gorras en sus cabezas, sus rostros sucios, todo ello demuestra su adscripción a las clases populares. Llama la atención la presencia destacada de una mujer, lo que es indicio de la participación aunque minoritaria del sexo femenino en estos acontecimientos. Dos filas de guardias civiles bien uniformados, fuertemente armados, vigilan a los detenidos, conduciéndolos por la cuenca minera hasta zonas más llanas donde estará el centro de detención. Los rostos serios y preocupados de los mineros muestran la dureza de los combates y el temor imperante en ellos a las represalias que se pudiesen tomar  tras su detención.

3. El triunfo electoral del centro-derecha en las elecciones de noviembre de 1933 llevó a la formación de diversos gobiernos dirigidos por el líder del Partido Radical Lerroux. Sin embargo, el partido mayoritario era la CEDA, que por su ambigua fidelidad hacia la República no fue encargada a formar gobierno por parte de Alcalá Zamora. En la primera mitad de 1934 la CEDA apoyó a los diversos gobiernos radicales, hasta que a partir del verano de 1934 exigió al menos la entrada de miembros de su partido en el gobierno radical. A esto accedieron Alcalá Zamora y Lerroux el 4 de octubre de 1934.
A este hecho reacció la izquierda obrera con pavor e indignación.  La UGT declara el 5 de octubre la huelga general en todo el país, que finamente tendrá relativo éxito en Cataluña y sobre todo en Asturias. En el Principado, la UGT contará con el apoyo también de la CNT. Los mineros estaban mejor armados y organizados que los obreros del resto del país. En pocos días y tras duros enfrentamientos, los obreros asturianos se harán con toda la provincia.
Ante estos hechos, el gobierno radical-cedista decide emplear a las tropas del protectorado, formados por soldados marroquíes y legionarios. El aplastamiento de la sublevación fue dirigido desde Madrid por el general Franco, y desde Asturias por el coronel Yagüe.

Murieron en el enfrentamiento entre 1000 y 4000 personas,y hubo casi 30.000 detenidos. La Generalitat catalana fue suspendida y sus líderes encarcelados o exiliados. La izquierda aprendió de sus errores y defendió la formación de una gran unión de partidos y sindicatos de izquierda en un gran Frente Popular que evitara un nuevo gobierno de derechas que nos podría llevar según ellos a un estado dictatorial como el alemán o italiano. La derecha apelaba a que todo el poder recayera en Gil Robles para que mantuviera a raya al movimiento obrero y al triunfo de la revolución. Sin destruir la República, pero sí revisándola en  profundidad y con un claro sentido conservador y autoritario.

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